Mis amigos los taxistas

MIS AMIGOS LOS TAXISTAS

 

Por la mañana generalmente es necesario tener una batalla campal para poder conseguir un taxi en la zona de Polanco, ayer no fue la excepción. Sin embargo tuve suerte, un taxista se detuvo y cuando una mujer intentaba “robarme” el transporte, el Sr. taxista movió un poco su auto para que fuera yo la que pudiera subirse. Desde luego se lo agradecí, era un señor mayor, casi sesentón diría yo. Al responderme el agradecimiento me dijo: “Usted me había hecho la parada desde antes, pero además, tiene una gran personalidad, se para y mira como “perdona vidas”, una mirada suya basta para querer entregarle la quincena!”, lo dijo de manera respetuosa, galante, divertida…y desde luego me hizo sentir bien.

Me bajé del taxi y caminé a mi oficina sintiéndome “perdona vidas”! 😉

 

Esta mañana tuve que tomar otro taxi, el chofer era un muchacho joven, quiso hacerme plática, y comenzó por preguntarme qué le había pasado a mi carro, yo le miré extrañada y le pregunté porque creía que yo tenía auto y algo le había pasado, me respondió que con mi “porte” tenía que ser así, por lo menos un Mercedes o un BMW, me reí y agradecí el “piropo”.

 

Me sorprendieron tanto estas “experiencias”, que cuando llegué a la oficina me metí al baño y me miré en el espejo, no descubrí nada diferente, tengo las mismas ojeras, las mismas arruguitas alrededor de los ojos, no se han desvanecido mis kilos de más.

 

Entonces me di cuenta que llevo mucho tiempo viéndome a mi misma con “malos ojos”, que me he perdido en un mar de dudas y temores. Y que eso ha ido mucho más allá de lo puramente físico.

 

A veces uno necesita mucho tiempo, largos procesos para encontrarse…y otras veces sucede así, como de golpe, o por lo menos así se siente.

 

Hoy, que por cierto es el día de mi onomástico, he decidido hacer todo lo posible por ser feliz, por revalorarme, por no conformarme con menos de lo que merezco, por aspirar a lo mejor y luchar para tenerlo.

 

Hoy he decidido recuperar las cosas que he dejado de lado, las cosas que me gustan, rodearme de las personas que me hacen bien, pero sobre todo, he decidido recuperarme a mi misma.

 

Parafraseando a Serrat: “Hoy puede ser un gran día…y mañana también”.

 

Rocio

24 de Mayo, 2006.

 

 

 

 

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